miércoles, 30 de marzo de 2016

"Decir que hubo una guerra es tergiversar los hechos"

"Decir que hubo una guerra es tergiversar los hechos"

Lo dijo Carlos Rozanski, juez de La Plata que estuvo en Mendoza y brindó una charla sobre derechos humanos.
Carlos Rozanski, el juez que encarceló a los torturadores Miguel Etchecolatz y al cura genocida Christian Von Wernich, estuvo en Mendoza brindando una charla sobre juicios de lesa humanidad. Fue invitado a reflexionar como parte de los actos de conmemoración de los 40 años del golpe de Estado que realizó la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNCuyo.
Entrevistado por Diario UNO explicó que la Argentina vive, en materia de derechos humanos, un proceso irreversible debido al impulso que durante décadas realizaron distintos organismos de la sociedad civil, sumado a una gestión política que tuvo la ideología y la voluntad de llevar adelante la lucha por esclarecer los crímenes de la ultima dictadura.
–¿Qué reflexión merece éste 24?
–Es un momento especial y un proceso único como todo lo que tiene que ver con los derechos humanos. La realidad política fue demostrando que más allá de que un gobierno apoye un proceso, si no hay una base social que lo impulse, no existe gestión que pueda llevarlo adelante. A 40 años del golpe se están haciendo juicios por violación a los Derechos gracias al empuje de décadas de distintos organismos afines y también porque en el 2003 hubo una gestión que se puso los guantes, aceptó el desafío y tuvo convicción.
–¿Cómo preservar la memoria?
–Si hay verdad y justicia del Estado, en marcha y en acto, es posible transmitir en la educación estos valores para que la memoria se cultive, si no es imposible, como ha sucedido en todos los países del mundo que han vivido genocidios. En Alemania por ejemplo, está castigado penalmente negar el holocausto. En el resto de los países, los genocidios han quedado impunes porque sus propios autores se encargaban de que esto sucediera. Esa impunidad actúa directamente sobre la memoria. La memoria sino se trabaja, no se tiene.
–¿Qué hacer entonces?
–Hay que trabajar la verdad. Es muy común en todo el mundo, que se nieguen y tergiversen los hechos históricos como sucedió acá con la teoría de los dos demonios. Estos son vicios culturales muy fuertes que hay que contrarrestar. En este tipo de matanzas no hay dos demonios, sino uno que es el Estado terrorista. Que el propio Estado este juzgando a través de sus tribunales, es el mensaje más claro que se esta dando al respecto. La academia tiene que transmitir esa verdad. No es lo mismo decir que hubo una guerra porque es tergiversar los hechos. Eso no significa que no haya habido grupos políticos armados, pero no tiene absolutamente nada que ver con lo que estamos discutiendo.
Lo que hubo fue un proyecto económico, que generó oposición, que terminó siendo aplastada por el terrorismo de Estado. Acá se secuestró, se torturó, se mató y se desapareció violando masivamente los derechos humanos. Cualquier otra explicación que se dé, es para desviar la atención de la verdad.
–¿Aporta que se desclasifiquen documentos?
–La desclasificación de documentos de Estados Unidos y el Vaticano no sé si pueda servir en lo puntual, porque desconozco el contenido. Si es importante en lo emblemático, porque si bien hay muchas cosas que sabemos, necesitamos que sean dichas. La intervención de los Estados Unidos en los golpes de Estado en Latinoamérica ha sido real, eficiente y ha ocasionado mucho daño.
–¿Cuánto hemos aprendido a tolerar al diferente en estos años?
–El avance es gigantesco gracias al trabajo y lucha de décadas de diferentes organizaciones defensoras de minorías, que están en consonancia con los derechos humanos. Porque quién defiende estos derechos genuinamente, no va a tener ningún problema en reconocer que una persona con capacidades diferentes o que pertenece a un grupo vulnerable, requiere una protección especial. La conciencia de esa protección es la que se generó en los últimos años. Esta base social es irreversible, porque es patrimonio del pueblo y no de un gobierno.
–¿Qué queda por delante?
–La Argentina tiene una legislación en materia de derechos humanos extraordinaria, el problema es la voluntad de aplicarla y esta decisión es exclusivamente ideológica. Si hay algo que se impone y que es una deuda todavía a pesar del avance extraordinario que se está viviendo en toda esta década es la democratización del Poder Judicial.
La búsqueda tiene que concentrarse en un sistema judicial efectivamente democrático, con jueces sensibles y comprometidos con la realidad social, con jueces que no pertenezcan a la familia judicial, sino que pertenezcan a la familia del pueblo. Estoy a favor de la elección popular de los jueces. Necesitamos una composición social distinta.
–¿Cómo visualiza la nueva gestión de gobierno respecto a políticas de derechos humanos?
–Estoy expectante y convencido de que el proceso que se vino llevando adelante es irreversible. La Argentina tiene una posición internacional tomada y es un ejemplo en el mundo y creo que eso no se va a poder modificar. Ahora bien, si hay intención de hacer algún tipo de cambio que genere retrocesos lo desconozco y no lo veo factible ya que no tendría efecto en una sociedad que en este tema tiene las cosas muy claras.
-Presentación. El libro que habla sobre el papel que desempeñaron los funcionarios judiciales y sus complicidades con la última dictadura , fue presentado por su editor Juan Pablo Bohoslavsky, y el abogado Pablo Salinas, que participa en un capítulo del libro, el lunes pasado en la Facultad de Ciencias Políticas de la UNCuyo.

domingo, 20 de marzo de 2016

La factoría de desigualdad


Por Silvana Melo

(APe).- La inflación a los pobres les vacía la mesa. Al revés del mito cristiano, los multiplica a ellos y les retacea los panes. De los peces, ni hablar. La inflación, apenas una ampolla en una enfermedad expandida, es una fábrica en sí misma. Una factoría de la desigualdad. Una manufacturera de injusticia. El 10% más pobre de la población perdió un cuarto de su capacidad de comprar en los últimos cuatro meses, lo que implica un temporal sobre una casita de bolsas.
La investigación del Conicet (realizada por el Centro de Innovación de los Trabajadores) habla del impacto asimétrico del brote inflacionario de los últimos meses, a partir de una monumental transferencia de ingresos a sectores de mayor poderío económico. Es decir: el aumento de los precios castiga con mano impiadosa a los que ya vienen flagelados en la mayor parte de los tramos de su historia. Porque lo que se encarece no es más ni menos que la supervivencia: la inflación a los pobres les vacía la mesa. Les corta la luz. Los condena a una salud de cuarta, barata, deshospitalizada, desmedicamentada. Los deja en la calle. Los desnutre.
La inflación fue un detalle negado para el gobierno anterior. Y se convierte en un detalle negado para éste.
En 2007 el gobierno anterior intervino el INDEC y despidió a sus responsables. Para asestarles un antifaz a los números. Y que fueran otros. Patéticos.
Ocho años después el gobierno que prosiguió al anterior (es decir éste), repone a los antiguos responsables. Anuncia que no habrá índices por un año. Pero los vuelve a despedir –a los responsables- porque no soporta la presión política.
El mismo índice del Congreso que Patricia Bullrich le asestaba a CFK apareció con el rostro de Sergio Massa. Y fue brutal.
Ahora se busca el IPC de San Luis para tener una pedestre referencia.
La inflación sigue sin existir porque nadie la mide. Es un detalle negado desde hace nueve años.
Pero convulsiona y fabrica pobres en serie. Que parecen cifras aplastadas en expedientes, manos y piernas apretadas en carpetas y cerradas con esfuerzo dentro de cajones de los que por ahí, de vez en cuando, se escapa una tos. Y alguna calle cortada.
Porque son hombres, mujeres, chicos con huesos descalcificados, adolescentes en dificultoso proceso de vida, viejos en desesperanza. Millones amontonados en villas y asentamientos y otros tantos en desparramo
 por donde vayan las huellas del aguante. Rabdomantes de la sobrevida.
Para ellos y para una clase media cenagosa que está siempre al borde del abismo los últimos cuatro meses –desde que se comenzó a jugar con la devaluación hasta que se concretó se remarcó tres veces- el poder de comprar se perdió dos veces más que para los más privilegiados. Para los perdedores se redujo casi un 24 % la capacidad adquisitiva. Para los más exitosos, apenas un 11.
Las razones son simples. Los ingresos de los más pobres se agotan en alimentos y servicios básicos. La luz, el alquiler, el transporte. Los medicamentos, disparados un 145%. Y comer para la vida. Lo más barato tiene grasas saturadas, millones de calorías, rebosa de sal, se conserva con químicos, está flojo de proteínas y vacío de nutrientes. Pero es para lo que alcanza.
Al resto le sobra para un consumo intensivo de otros servicios. Desde el acceso deslumbrante a la carne, a las verduras y a las frutas hasta internet, cable, “turismo y esparcimiento”.
Esa desigualdad brutal en el sufrimiento, esa asimetría en el castigo blanquea qué país, con qué perfil, para qué y para quiénes. Una vuelta de la tuerca inoxidable del capitalismo que por un rato se mostrará a cara descubierta, con las gerencias gobernando sin delegar. Ya no será necesario comer y brindar con el poderío económico detrás de los telones de la revolución. Ahora el negocio extractivista se legitima en la cartelería institucional. Aunque la amistad con Monsanto, la comida con el líder de la Barrick, las
represiones en Famatina y el derrame de cianuro en Jáchal no tienen tres meses.
Este es capitalismo feroz y en descaro. Aquel era capitalismo de fauces babeantes con disfraz de ninfa de las aguas claras: elegía un poder para enfrentar y escribir su propia Ilíada. Con el resto, mateaba en la cocina. Este es impiadoso por desdeñar hasta la xilocaína. Devaluó más del 80% en tres meses sin calcular en qué cabezas caerían los azotes. Quitó retenciones al campo y a la minería. Abrió la exportación para los mejores alimentos, que se encarecen exponencialmente para adentro. Tiene una bitácora precisa de los beneficios. A quiénes se incluye en el campo iluminado. A quiénes se incluye en el guetto del destierro. Eso sí, el estado no excluye a nadie.
“Este proceso de aceleración inflacionaria se monta sobre una dinámica de inflación estructural preexistente”, dice el informe del Conicet, como para que las cosas queden claras.
 El volantazo no es medular. Los que pierden –un poco más o un poco menos- son siempre los mismos.
El Observatorio del Derecho Social de la CTA (la que dice llamarse autónoma) habla de casi 70 mil despidos entre los sectores público y privado. Pero La Nación publicó el 9 de marzo las cifras de la consultora Tendencias Económicas, que estiran las cesantías totales hasta 107.000. Unas 600 mil personas en situación desesperante.
El desguace de vastas zonas estatales y la caída de algunos programas de enorme sensibilidad dejaron afuera a 31 mil trabajadores. Miles de contratos precarios rescindidos, ni siquiera contemplados en las cifras de empleo, 30 mil fuera de la industria de la construcción (según la UOCRA), 2.900 sólo en Entre Ríos, las provincias más lejanas de la centralidad metropolitana atravesadas por las importaciones: los aserraderos de Posadas en franco retroceso y las fábricas de fécula de mandioca de Montecarlo (una de las ciudades misioneras más castigadas por la desnutrición infantil) con la producción paralizada.
Las facturas de luz no son sólo, como arengan los funcionarios sin que nadie repregunte, una puesta en justicia para “los porteños para los que las facturas de electricidad tienen el mismo costo de un café”. Basta un ejemplo de Catamarca, a 1164 kilómetros de capital: un almacén que pagaba 600 pesos de luz ahora paga 1800 y la factura de 1000 en enero se vuelve 3000 en marzo (El Ancasti, 15-03-16).
La inflación vacía la mesa de los pobres. Los acorrala y los confina. Les suma a centenares de miles que se van cayendo de la escalinata social día tras día, para hacinarse en la base de una pirámide donde son anónimos, masa igualitaria en su desigualdad, condenados a un futuro que se acaba a la noche del día. Sin otro horizonte que el próximo almuerzo. Millones pero solos con sus hijos, herederos de esa noche escasa.
En una tierra que multiplica los pobres. Pero reduce los panes.
Edición: 3120

miércoles, 16 de marzo de 2016

SOBRE LA INCREÍBLE HISTORIA DE UN POEMA QUE BERTOLT BRECHT NUNCA ESCRIBIÓ

Alberto J. Franzoia


"Primero vinieron a buscar a los comunistas y no dije nada porque yo no era comunista.
Luego vinieron por los judíos y no dije nada porque yo no era judío.
Luego vinieron por los sindicalistas y no dije nada porque yo no era sindicalista.
Luego vinieron por los católicos y no dije nada porque yo era protestante.
Luego vinieron por mí pero, para entonces, ya no quedaba nadie que dijera nada".

La historia de este famoso poema esta atravesada por el error frecuente, la contradicción existencial, el cambio permanente de sus formas, la aprobación post mortem de su versión escrita y la desfachatada falacia de ciertos “demócratas”. No pertenece a quien con frecuencia se le ha atribuido; nunca fue escrito exactamente como lo conocemos por su verdadero creador; sufrió numerosas modificaciones en su construcción; la versión finalmente aprobada es la que dio la segunda esposa del autor, Sibylle Sarah Niemoeller-von Sell, cuando éste ya había fallecido; y, además, fue vaciado de un fragmente de su contenido real por aquellos que se autoproclaman asiduamente los máximos exponentes de la democracia y el pensamiento libre.

Desmenucemos entonces cuál es la historia de un poema sin título pero que suele ser presentado como “Ellos vinieron”. Lo primero que hay que decir es que el error lo ha acompañado por años, ya que ha sido atribuido en reiteradas ocasiones al dramaturgo y poeta alemán Bertolt Brecht (1898-1956) sin que el mismo tuviese ninguna responsabilidad al respecto; error que se ha multiplicado hasta el hartazgo desde que existe Internet. Este medio maravilloso que ha revolucionado la historia de las comunicaciones, transmitiendo a gran velocidad y a una enorme cantidad de seres humanos distribuidos en todo el mundo información y conocimientos verdaderos, también es el responsable de amplificar errores y falacias como ninguno. Ocurre que el verdadero gestor de lo que hoy se conoce como el poema “Ellos vinieron” fue el alemán Friedrich Gustav Emil Martin Niemöller (1892-1984), quien a lo largo de su curiosísima historia de vida recorrió el largo camino que va desde la condición de comandante de un submarino alemán durante la Primera Guerra a pastor, y de su inicial apoyo como pastor al nazismo hasta la lucha contra las guerras desatadas por el imperialismo, al punto de visitar en 1965 Vietnam del Norte para reunirse con Ho Chi Minh.

Niemöller tenía una visión prejuiciosa del movimiento obrero y manifestaba serias simpatías por el antisemitismo, todo lo cual lo condujo casi con naturalidad en la Alemania de los años treinta hacia el apoyo a Hitler. Sin embargo, sus diferencias con el régimen se fueron desarrollando poco a poco, pasando a la indiferencia y luego a oponerse a que su iglesia fuese funcional a las imposiciones nazis, pues consideraba que su único referente sólo podía ser Dios. Esta nueva situación lo condujo, como era de esperar en una coyuntura política dominada por la expresión más bárbara que ha gestado el capitalismo, en un primer momento a prisión y luego a los tenebrosos campos de concentración del nazismo, siendo recluido tanto en Sachsenhausen como en Dachau.

Recién cuando en 1945 termina la Segunda Guerra recuperó la libertad regresando a su actividad como pastor protestante. Y fue precisamente durante sus sermones cuando comenzó a gestar paulatinamente, con modificaciones introducidas en cada uno de ellos, el poema que estoy considerando. Pero la que finalmente se convertiría en la versión escrita aprobada es la que dio su esposa Sibylle Sarah Niemoeller-von Sell, quien había escuchado por primera vez al que muchos años más tarde sería su compañero cuando era apenas una niña. Esta mujer, que provenía de una aristócrata familia prusiana, siendo ya una adolescente llegó a enfrentar a los nazis con un arma en sus manos. En Argentina uno de los mejores recitados del poema considerado es el de la talentosa actriz Cipe Lincovsky. En 2006, al cumplirse 50 años de la desaparición física de Bertolt Brecht ella realizó el unipersonal “Cipe dice a Brecht”.

La historia del poema no es ajena a la propia historia de vida del Martin Niemöller, quien en un giro de 180º pasó de su inicial complicidad con el régimen nazi hacia el compromiso militante por la paz. Su increíble metamorfosis ideológica lo condujo en el final de su vida, cuando ya había alcanzado los 90 años y se autodefinía como un revolucionario, a expresar irónicamente que si viviera hasta los 100 quizás acabaría siendo anarquista. Este hombre pues ha sido el verdadero responsable de un poema famoso que recorrió el mundo rodeado de equívocos.

Como dato nada menor, para culminar el sintético relato de esta apasionante historia, cabe acotar que allí donde el capitalismo occidental intenta definir lo que sería su paradigmático estilo de vida, Estados Unidos de Norteamérica, y en un espacio reservado a la muy necesaria memoria del horror, como es el Museo del Holocausto en Washington, la presentación del poema tiene una curiosa e inquietante particularidad (otra más), se le ha amputado nada menos que su primera frase, aquella con la que Niemöller invariablemente iniciaba su exposición:

"Primero vinieron a buscar a los comunistas y no dije nada porque yo no era comunista.”

La Plata , julio de 2011
Ver: Cuaderno de la Izquierda Nacional | Cuaderno de la Ciencia Social

lunes, 14 de marzo de 2016

No es política ni economía, estúpidos. Es moral


Por Mempo Giardinelli
En mi humilde y alquilada casa chaqueña, de niño, fui criado bajo conceptos rígidos. “En asuntos morales sólo se puede ser inflexible”, decía mi padre, socialista lector de La Vanguardia, hombre ascético y trabajador como no he vuelto a ver jamás, y además un tipo recto como rayo de bicicleta.
Después, cuando él murió a sus apenas 50 años, de adolescente admiré la labor de mi hermana cuando integraba el Tribunal de Conducta en la sede chaqueña del Partido (lo escribo con mayúsculas), que era como se llamaba en mi casa a la Unión Cívica Radical.
De ellos aprendí que ser derecho y no traidor –como postula el insuperable “Cambalache” de Discépolo– es un imperativo moral y una práctica de vida, y acaso será el único valor que va a recibir mi descendencia.
Desde luego que estas referencias personales se deben a que esta columna no encuentra, hoy, otra manera de afrontar el desdichado, horrible, nuevamente trágico presente argentino.
Porque todo indica que el Gobierno puede salirse con la suya: nos endeudará de la manera más absurda e infame por dos o tres generaciones, y así nuestros hijos y nietos pagarán otra vez los negocios sucios que consienten muchos políticos y economistas, ahora con la complicidad de un nutrido elenco de legisladores corruptos.
Aunque ya se sabe que, en un cierto sentido, corruptos son todos: tanto el que corrompe con ventajas de cualquier tipo, como el que por ellas acepta cambiar su posición, su voto o su trasero.
Así veremos esta semana el penoso espectáculo retórico y los votos infames del massismo, el radicalismo, el socialismo, la Sra. Stolbizer, y muchos dizque “justicialistas” que infartarían, si los viera, al mismísimo Juan Domingo Perón.
No tienen vergüenza: creen y quieren hacer creer que proceden por el bien público, para “salir del default y volver a los mercados”, para “colocar a la Argentina en el mundo”, para “asegurar la gobernabilidad” y otras sandeces.
Engañan al pueblo argentino con basuras semánticas, y ni ellos se dan cuenta de que lo que hacen no son asuntos de política o de economía. Son cuestiones de moral, de ética, de decencia y honradez, valores que ellos suelen enarbolar en tribunales y para los diarios, pero en los que jamás podrían medirse con ningún ciudadano decente y trabajador.
Y es que son iguales o peores que muchos de los que ellos acusaban hasta hace poco. Los cuales esos muchos, por supuesto y es obvio, tampoco podrían medirse en estas materias. Pero estos son peores porque encima pretenden convencer a la sociedad con argumentos mentirosos, cínicos y ocultando sus propios intereses y las comisiones que han de recibir, y para colmo disfrazándose de opositores patrióticos.
No tienen vergüenza como no la tiene el macrismo que los está pariendo y los corrompe, si imponen (y si la hoy oposición lo permite con quórum o votos comprados) que dos abogados de oligarcas y ricos, presuntamente especialistas en trapos sucios, lleguen a la Corte Suprema de Justicia.
Y tampoco la tiene el desdichado Consejo de la Magistratura organismo que nació para controlar y mejorar la cuestionada Justicia de este país, en el que hicieron entrar por la ventana a un consejero para así tener una mayoría espuria que, de pronto y servilmente, ahora va a juzgar al desprestigiadísimo juez Oyarbide pero salvando al igualmente desprestigiadísimo juez Bonadio, porque así conviene al gobierno, porque así perfeccionan la revancha y porque así creen pasarse por abajo a “la pobre inocencia de la gente”.
El coro puede oírse, aunque no canten: unos se autoconvencen del cuento de que la política y la economía son “así”, y otros se autopavonean con el cuento de que están mejorando el lamentable servicio de Justicia de este país.
Dan ganas de decirles, contrariando a Bill Clinton, que no es la economía ni la política, estúpidos, ni tampoco es la justicia ni son asuntos de Derecho. Es la moral. Simplemente la moral. Eso que vienen demostrando que no tienen en absoluto.

jueves, 10 de marzo de 2016

Anna Gabriel: “Els insults de la dreta catalana no m’han afectat. Hem vingut a molestar”

  • Text: Marc Font i Sergi Picazo / Foto: Jordi Borràs
  • dijous, 10 març 2016
Foto: JORDI BORRÀS
La diputada de la CUP Anna Gabriel (Sallent, 1975) s'ha convertit en una de les bèsties negres de la dreta independentista. El Món Convergent va demanar el seu cap després de la renúncia d'Artur Mas. A ella, però, no li tremola el pols: "Hem vingut a molestar". La tercera edició de les #BirresCrítiques va convidar Gabriel a una conversa informal i relaxada amb els periodistes, subscriptors i lectors de CRÍTIC. Anna Gabriel, que només va consumir mitja ampolla de la seva cervesa artesanal, va afrontar el repte. Mesurant, però, totes les seves paraules en un moment de tensió entre Junts pel Sí i la CUP. Gabriel no és nova en això: milita a la CUP des del 2002, molt abans que tingués projecció nacional, i en va ser regidora del 2003 al 2011 a Sallent.
"No hi havia alternativa al Govern de la dreta catalana després del 27-S. Ja ens agradaria haver pogut optar per un front d'esquerres autodeterminista"
(conversa transcrita i resumida per Jordi Pascual)
SP: El teu avi era de la CNT i la teva mare del PSUC. Has crescut en un poble obrer com Sallent. Véns de la conca minera del Bages. Família de treballadors. Tu ara milites al sindicat llibertari CGT i a la CUP. Els teus orígens han determinat la teva militància política?
El meu avi era treballador d’una mina i va ser de la CNT, un sindicalista de base. Durant la Guerra Civil, com tants d’altres, va defensar la República. Una part dels meus orígens són allà, però probablement hi ha més en la meva àvia. Ella era una feminista que potser mai havia dit que ho era perquè no ho sabia. Era feminista per intuïció. En canvi, la meva mare va ser durant molts anys militant del PSUC. Ara ja és cupera tot i que amb les contradiccions que poden tenir persones de generacions anteriors. Com, per exemple, allò de seguir veient Felipe González com una gran figura.
MF: En una entrevista a la ‘Directa’ recordaves que el teu avi deia que el nacionalisme era una maniobra de la burgesia per dividir la classe obrera. L’hauries convençut de fer el pas a l’independentisme, com ha passat amb la teva mare?
El vaig conèixer de molt petita i no sóc capaç de dir si, com la meva mare, seria capaç de fer el pas. Recordo que sempre tractava el nacionalisme com un engany de la burgesia. Era un internacionalista convençut. Quan va morir, va escriure un testament que tenia poc de testament. No repartia béns, sinó que deia els desitjos que tenia. El va entregar a un notari que no era notari, el llavors alcalde del PSUC. Vés a saber què devia fer aquell home en rebre el testament del meu avi. En l’escrit demanava llibertat, dignitat, igualtat… Ara bé, al final demanava la unitat de la classe obrera, la revolució i el triomf de l’internacionalisme. Com si fos la tasca d’un testament decidir això!
Foto: JORDI BORRÀS
Foto: JORDI BORRÀS
“Avui dia, l’independentisme no es pot entendre com una maniobra de la burgesia”
SP: Tu acostumes a dir allò de: ‘Sóc independentista i no nacionalista’. Com entens tu la relació entre l’independentisme i l’internacionalisme?
A la CUP sempre ho hem lligat. Som independentistes i com a internacionalistes ens solidaritzem amb la lluita de qualsevol poble per la seva llibertat. Avui dia, l’independentisme no es pot entendre com una maniobra de la burgesia; no vol dir que no hi hagi burgesia independentista, sinó que és pura democràcia.
MF: Dit així, sembla que qui no sigui independentista no pugui ser demòcrata.
Amb la realitat que vivim d’oligarquia dominant i una Unió Europea al servei dels poders, ser demòcrata és defensar la sobirania davant les amenaces.
“Se’ns ha radiografiat d’una forma molt superior a altres partits. I nosaltres hem facilitat que el despullament fos televisat”
MF: Després del debat intern de la CUP pel pacte amb Junts pel Sí, sectors importants de la candidatura van fer autocrítica per evitar repetir la sensació de divisió dins l’organització. Passen unes quantes setmanes i torna un linxament intern entre militants pels pressupostos. Realment hi va haver autocrítica?
L’autocrítica és un valor dels espais d’esquerres. Sempre l’exercim, de vegades d’una forma molt insistent. És com entenem que hem de fer la política, aprenent dels errors. Discrepo que s’hagi dit que les coses les hem fet molt malament i que tot va ser un desastre. Hi ha coses positives que s’han de valorar. No sé si dir que és un exemple que en aquest procés hàgim mantingut el pols assembleari de la CUP, hàgim apostat per no canviar la forma transparent de prendre decisions i, malgrat tot, hàgim arribat a la investidura sense haver decidit fer-ho d’una altra manera. Ho valoro molt positivament perquè hauríem pogut pensar que no calia despullar-nos tant.
De debat intern sempre n’hi ha hagut. No existirà una esquerra independentista si no entenem que hi han de cabre diferents postures i formes de veure la realitat. En aquest moment no diria que hi ha un linxament intern. Avui, dins la CUP, hi ha diferents opinions sobre les qüestions polítiques que tenim al davant. Hem de veure si som capaços de mantenir-nos com ho hem fet fins ara. Mai se’ns havia mediatitzat tant. Hem deixat de ser aquells a qui la majoria de gent ni coneixia. El 2012, amb la primera legislatura, se’ns va començar a conèixer molt, però en fa quatre dies. Els que ja estàvem el 2003 ens passàvem la vida explicant què era ser regidora de la CUP. Hem passat de la marginalitat política en què com a molt es parlava de nosaltres si l’11 de setembre cremàvem alguna bandera al fet que tots els mitjans s’interessin per saber què és la CUP, la seva organització, com s’articula, què és el Consell Polític, de quin peu calça cada sector…
Se’ns ha radiografiat d’una forma molt superior a qualsevol altre espai polític. Hem facilitat que aquest despullament fos televisat. Tenint en compte que no som polítics professionals, no tenim nuclis de ‘think tanks’ ni som un producte de màrqueting, Déu ni do com ens hem preservat. No era gens senzill sobreviure al context en les condicions polítiques que teníem.
Foto: JORDI BORRÀS
Foto: JORDI BORRÀS
“Avui, dins la CUP, hi ha diferents opinions sobre les qüestions polítiques que tenim al davant”
SP: El Roger Palà ha fet aquesta setmana un article titulat ‘Junts pel Sí, la CUP i la batalla dels pressupostos’, en què diu que la propera batalla política del moviment independentista serà l’aprovació o no dels pressupostos de la Generalitat. S’han d’aprovar? Sí, no o ja ho veurem?
No s’hi pot respondre sí o no.
SP: O ja ho veurem.
Quin responsable polític diria sí o no a uns pressupostos? En cap país normal una formació política diria això ho aprovo o no.
SP: Poble Lliure ha emès un comunicat on diu que aquesta qüestió no ha d’encallar el procés de ruptura amb l’Estat. Creus que és una bona estratègia, abans de negociar i veure els pressupostos, insinuar que la CUP els hauria d’aprovar?
Una bona estratègia és pensar que el vector principal de la legislatura és trencar amb l’Estat espanyol. Si caminem cap a la ruptura, tots hem de ser prou àgils per no posar-nos obstacles. Des d’aquesta perspectiva, si la no-aprovació dels pressupostos pogués ser un obstacle, parlem-ne. La prèvia és, però, què hem vingut a fer en aquesta legislatura. No és com les que havíem conegut els darrers 35 anys en què hi havia eleccions, un pacte d’investidura o no, alternança de poder i es gestionava l’autonomia. En l’origen de les eleccions del 27 de setembre hi havia una idea que no hem d’oblidar perquè, si no, entrarem en la lògica d’una legislatura ordinària. Eren unes eleccions que naixien després de no deixar-nos celebrar una consulta i que vam intentar que fossin plebiscitàries en un exercici de superar les limitacions que posa l’Estat. No tots els partits van voler convertir-les en plebiscitàries. Els que vam decidir que ho fèiem vam arribar a un pacte contra natura des de molts punts de vista que en una legislatura ordinària mai s’hauria fet.
La situació ha de seguir sent excepcional en la mesura que no podem fer un debat dels pressupostos com si fóssim l’any 2003. No es poden analitzar de forma aïllada de tots els altres elements de la legislatura. Si avancem en aquest sentit i els pressupostos fan gestos desobedients, podem assistir a l’aprovació per part de la CUP. També ens podem trobar que no aprovem els pressupostos. És un escenari igual de plantejable que l’altre perquè els pressupostos no tenen vida pròpia, sinó que van vinculats a altres accions que nosaltres hem vingut a fer.
MF: Una resposta tan llarga per acabar dient “ja ho veurem”.
Si respongués s’aprovaran o no, podríeu preguntar sobre la base de què, si s’han analitzat, quins números hi ha sobre la taula, si s’ha desobeït el FLA i el deute, si hi haurà més recursos per a polítiques públiques… Quedaria com una imbècil dient que hem decidit que sí o que no. Això encara no s’ha decidit i s’haurà de fer de forma col·lectiva. És important que les preguntes que ens fem siguin en clau d’excepcionalitat; si no, oblidarem quin era l’origen de tot plegat.
“Algú va pensar que es tractava de tirar projectils contra una persona per desactivar la seva dèria contra Mas”
SP: L’Anna Gabriel s’ha convertit en una mena de bèstia negra de la dreta independentista. Et sents constantment sota la lupa?
Una vegada una periodista em va dir que no ens acabaven d’entendre. No entenia un espai polític com el nostre que defuig els lideratges, que té David Fernàndez com el líder més ben valorat i decideix que no es torni a presentar perquè això és el que havíem dit. No tot s’explica des de la versió d’aquesta periodista, però hi ha bona part d’això. Algú va pensar que es tractava de tirar projectils contra una persona per desactivar la seva dèria contra Mas. Després es va veure que era un plantejament de fons i no una mania. Era un raonament fonamentat que anava més enllà del posicionament d’una persona.
El grup parlamentari va començar amb set homes i tres dones. Per fer aparicions paritàries, les dones vam estar més sobreexposades. Ara hi ha més presència de diputades de la CUP. Sense altivesa, els insults de la dreta catalana no m’han afectat perquè hi comptàvem, perquè me’ls conec, perquè són els adversaris polítics, perquè he vingut a molestar, perquè no em faran tirar enrere, perquè “ladran, luego cabalgamos”…
SP: Gens?
Altra cosa és que ens hem de presentar des d’una perspectiva feminista perquè és impresentable que se’ns tracti com a objectes sexuals. No ha tingut afectació personal. El que hi havia a les xarxes i als mitjans no és el que hi havia al carrer. Mai m’han insultat ni m’han dit res de desagradable al carrer. Al contrari, hi ha gent que m’ha aixecat el puny, m’ha fet el gest de victòria… Un senyor a la rambla de Catalunya va parar amb el cotxe i em va dir que havia votat Ciutadans però… “ole tus huevos”. M’he trobat molta gent que sabia reconèixer la coherència, mantenir el que havíem dit en campanya i la valentia. Les mostres d’afecte han sigut permanents i no només de gent cupera. Això m’ha ajudat que no hi hagi una afectació personal en negatiu. El dia que el meu entorn m’interpel·li en negatiu, faré una reflexió sobre què passa.
MF: El 2012, la CUP va decidir concórrer per primer cop a les eleccions al Parlament i vas fer un article en què qüestionaves la decisió. Vas acabar anant a les llistes de número 7. Hi havia gent que volia que anessis més amunt a la llista, però sembla que va haver-hi un veto contra tu d’una part de l’organització. 
En la conformació d’una llista electoral d’un espai polític com la CUP hi ha diversitat d’opinions sobre quina seria la millor llista. Hi ha qui pensa que és millor que l’encapçali una dona, un independent o una persona militant de llarga trajectòria. No té més importància. No hem vingut a fer carrera política, tot i que, explicat així, sembla que som casta perquè el 2003 ja era regidora. Com us podeu imaginar, ser regidora de la CUP té poc a veure amb voler-se professionalitzar.
No visc malament haver anat de número 7 el 2012. Havia d’intentar fer-ho perfecte en aquesta posició. Ara m’han passat a número 2 i intentaré fer-ho perfecte també. Com ja no hi aniré més, ja s’ha acabat. Seguiré militant des d’un altre espai.
MF: Hi ha hagut algun canvi en els equilibris interns que permeti que ara vagis de número 2?
El 2012 era la primera vegada que anàvem a les eleccions. Ja no som la novetat política. Costa molt trobar dones que vulguin assumir determinada presència política. La gravetat de la campanya dels insults que comentàvem no és si t’afecta o no, sinó que va encaminada a dir a les dones que s’ho pensin abans de posar-se en primera línia política.
Foto: JORDI BORRÀS
Foto: JORDI BORRÀS
“No li faríem cap favor a l’independentisme deixant-lo orfe de la CUP. Arribem a llocs on l’independentisme conservador no pot”
MF: Hi ha risc d’escissió a la CUP o l’assumpte és tancat després de l’acord que va permetre la investidura de Puigdemont?
Corrent Roig donava suport i ha marxat per l’acord. Hi ha gent que ha sigut molt crítica. L’espai polític que representa la CUP és necessari. No li faríem cap favor a l’independentisme deixant-lo orfe de la taca d’oli que volem seguir estenent. Podem arribar a molts llocs on l’independentisme conservador no pot.
SP: A la CUP existeix un relat per justificar el pacte amb Junts pel Sí com una decisió extraordinària, fruit d’un moment històric i per iniciar el procés de ruptura. Però… tu assumeixes que heu fet un pacte amb una part de la dreta catalana i que heu donat el Govern a Convergència?
Sí.
SP: Històricament, en processos d’alliberament nacional o d’independència, partits d’esquerres han fet pactes amb la dreta en el moment de la ruptura. Però… ha arribat aquest moment decisiu de pactar amb la dreta per fer la independència en 18 mesos?
Nosaltres volem que sigui el moment de ruptura i per això treballem. El pacte d’investidura només s’entén així. Durant la campanya vam dir, més enllà del no a Mas, que seríem l’accelerador del procés, que faríem irreversible la ruptura amb l’Estat… Enteníem que hi havia una majoria social favorable. Vam complir el que ens vam comprometre a fer. El procés no dependrà només de nosaltres ni de la dreta catalana que és al conglomerat de Junts pel Sí. Dependrà d’un carrer que està quietament relaxat. Els darrers tres mesos potser hem fet la sensació que la gent podia mirar les notícies per veure com avançaven les negociacions. La ruptura amb l’Estat seria més o menys a prop en funció del que s’hagués decidit en la taula de converses formada per un gruix molt petit de persones. La fortalesa és que hi hagi la majoria social activada.
SP: Allò dels 18 mesos, ara 16, t’ho creus?
Això és el full de ruta de Junts pel Sí. Malgrat que se’ns digui que imposem molt i no respectem el milió sis-centes mil persones que van donar suport a Junts pel Sí, el full de ruta que treballem és el seu. Són els seus terminis, les lleis que van identificar…
SP: T’ho creus o no?
No faig actes de fe. Sóc d’anar veient demostracions. Aquestes setmanes que hem estat donant-li moltes voltes a les tres lleis. O demostrem que això va de veritat o no hi ha res a fer. El full de ruta diu que en 30 dies es faran aquestes accions legislatives. Les aprovem ja o no es complirà. És una legislatura que té uns passos que s’han d’anar fent per donar compliment a allò que vam dir que faríem. Hi ha moltes coses que passaran: com reacciona l’Estat espanyol i l’economia, com se sent la gent del país d’aquí a alguns mesos…
Pel que deies del Govern de la dreta catalana, no hi havia alternativa. Ja ens agradaria que tinguéssim un front d’esquerres autodeterminista per haver investit una persona que no tingués res a veure amb retallades, privatitzacions i casos de corrupció. A l’altra banda de l’arc parlamentari tenim el Partit Popular, el PSC, Ciutadans i Catalunya Sí que es Pot.
MF: A Catalunya Sí que es Pot els vau enviar una carta molt maca la setmana passada…
[Riures]
Perquè no s’entenen determinades deslleialtats entre les esquerres. En un moment en què es pot produir un embat democràtic entre aquest poble i l’Estat espanyol, una força d’esquerres hauria de tenir molt clar en quina banda està. Vam llegir les declaracions del Jaume Bosch quan va dir que en aquesta legislatura el paper que havien vingut a fer era posar contra les cordes la CUP. De debò en aquesta legislatura el millor que pot aportar un espai polític com Catalunya Sí que es Pot és això? No hi ha objectius polítics prioritaris? No hem de posar contra les cordes tot allò que representa el Tribunal Constitucional i l’antidemocràcia del PP i de Ciutadans?
Foto: JORDI BORRÀS
Foto: JORDI BORRÀS
“Posar moltes expectatives de canvi a les institucions pot ser perillós. Recorda la Transició i el PSUC”
MF: En altres entrevistes has reivindicat que com a CUP necessitaríeu un nou cicle de mobilitzacions i conflictivitat al carrer. Hi ha l’aposta institucionalista de la CUP en dues legislatures, els Comuns i gent de moviments socials que ha fet el pas a les institucions. Dieu que necessiteu el carrer, però no contribuïu a desmobilitzar-lo? La institucionalització pot ser un problema a la llarga?
La voluntat que el carrer sigui viu és una necessitat orgànica que té la CUP. Sempre que s’han aconseguit coses, és perquè ho hem demanat des de baix. L’anhel que la gent estigui organitzada i hi hagi conflictivitat, en el bon sentit, és positiu. Una part de l’explicació sobre la desmobilització potser està en la institucionalització però no tota. Altres organitzacions de la nova política tenen el discurs d’assaltar les institucions per fer el canvi des d’allà. Nosaltres sempre hem tingut un discurs molt diferent: una pota al carrer, una a la institució i el nostre àmbit principal és el municipalisme. Al Parlament som 10 persones, tres companys que ens ajuden en el dia a dia i prou. Posar moltes expectatives de canvi a les institucions pot ser perillós. Recorda la Transició, el PSUC i d’altres que van entrar en lògiques com aquesta. Nosaltres ho hem intentat evitar.
“Un Govern d’esquerres reflectiria la pulsió majoritària a Catalunya. Però moltes vegades l’esquerra ha facilitat inexplicablement governs de dretes”
SP: Vaig escriure un article a CRÍTIC que plantejava l’opció d’un futur Govern català format per ERC, els Comuns i la CUP. Com veuries una aliança de Govern en un futur? Ho veus ciència-ficció? O un horitzó amb possibilitats reals?
Qualsevol persona que s’identifiqui amb posicionaments d’esquerra somia que les esquerres siguin hegemòniques i que això vagi més enllà de la representació institucional. Això reflectiria la pulsió majoritària d’aquest país, que històricament ha sigut netament d’esquerres. Però moltes vegades l’esquerra ha facilitat inexplicablement governs de dretes. Segur que hi ha situacions excepcionals que ho expliquen tot.
Anirem veient si la pulsió d’esquerres autodeterministes s’explica a través d’un artefacte electoral o amb un altre espai polític. Hi ha gent que encara vota el PSC com a antifranquista, el Felipe González. Hi ha molt vot de Ciutadans que no és de dretes. És gent que ha decidit que està farta de la corrupció, de les retallades, que ha vist com li tancaven el CAP del seu barri… És un vot de protesta que no s’ha parat a llegir quines són les propostes del partit en matèria econòmica. Tenim un país de treballadors que, per sort, encara conserva bastant bé la seva memòria històrica.
***
Resum de les preguntes dels assistents a l’acte:
Foto: JORDI BORRÀS
Foto: JORDI BORRÀS
Amb l’alliberament d’Arnaldo Otegi, l’esquerra independentista pot guanyar força al País Basc? 
Alerta amb les expectatives que situem amb la sortida d’Otegi de la presó perquè al final és un militant més de l’esquerra ‘abertzale’. La carrera de fons va molt més enllà d’allò que ell pugui fer. Tenen tres reptes principals gens senzills: la resolució del conflicte i els presos, la desmobilització per l’entrada a les institucions i un escenari electoral amb un PNB immobilista i l’ascens de Podem. Esperem que Otegi pugui ser un camí d’il·lusió que es converteixi, si cal, en una icona sense oblidar que és un més.
Pel que fa al feminisme, la CUP reprodueix dinàmiques patriarcals?
Com la CUP no és un ovni sinó que és formada per gent que viu en aquest sistema, evidentment té molta feina a fer i autoconsciència per adquirir. No totes posem el feminisme al centre de l’agenda política de la mateixa manera. L’esquerra independentista no resta indemne als efectes del patriarcat. Hem tingut debats interns complicats sobre si havíem d’instaurar quotes en llocs de representativitat i presa de decisions. No som exemple de res. Vam tenir un grup parlamentari amb set homes i tres dones. Hi havia gent que deia que havia coincidit perquè havíem tret un representant per cada circumscripció. Què pensaven que en trauríem 15?! No vam ser capaces de dotar-nos d’un sistema en què hi hagués dos caps de llista homes i dues dones. Encara hi ha poques alcaldesses i poques regidores que porten urbanisme i hisenda. Ara hem aplicat una metodologia a les assemblees per la qual es demana la participació prèviament per fer una urna d’homes i de dones. Així podem fer que hi hagi paritat en les intervencions. Això ho hem fet en aquests tres mesos. Abans podíem comptar amb els dits d’una mà les dones que parlaven en les assemblees nacionals.

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